DIABETES, INSULINA Y AUMENTO DE PESO
2016 |
En
mi familia, por ambos lados, hemos tenido problemas de diabetes. Eso en teoría,
me coloca en cierta predisposición genética a padecerla. Mi mamá, vivió temerosa
a ser diagnosticada con diabetes, trataba de cuidarse en su consumo de azucares
pero nunca pudo renunciar a la Coca Cola. La diabetes mellitus es la primera causa de muerte en mi país. Por fortuna, ella nunca padeció diabetes
(supongo, que de algo sirvieron sus cuidados).
Y
así como se cuidó, también trató de inculcarnos que nos cuidáramos, mi mamá tenía
un “ojo báscula”, que cuando veía que yo comenzaba a subir de peso (o bajar)
era capaz de detectarlo inmediatamente. Quizás por esa razón, siempre he sido
muy cuidadosa en mi consumo de azúcar. Pero como ya conté en otro blog, no libré
el continuo aumento de peso. Una de las probables explicaciones a mi sobrepeso, según una ginecóloga
a la que consulté, fue que quizás tenía “resistencia a la insulina”. Me realizaron
unos estudios de laboratorio, pero el resultado fue negativo.
Primero,
antes de continuar, solo quiero que quede claro algo, sé que para muchos la insulina,
es lo que se inyectan los diabéticos y también entiendo que muchos otros saben
que en realidad es una hormona que todos
tenemos en nuestro organismo, que se produce en el páncreas, que se considera anabólica
porque consume energía para mantener adecuados los niveles de glucosa en la
sangre. Es "buena" para el organismo mientras cumpla su función, los "malos" somos nosotros en agotarla, como explicaré más adelante.
Y
me pregunto, ¿para qué es necesario tener los niveles adecuados de azúcar en la
sangre? hay que evitar que la glucosa pase de los límites normales tanto por
elevarse (hiperglucemia) como por descender demasiado (hipoglucemia), ya
que si el nivel de glucosa en sangre se mantiene dentro de unas cifras
normales, se reduce considerablemente el riesgo de desarrollar diabetes y otros problemas
de salud. El azúcar en la sangre es necesario para que la glucosa
contenida en ella pueda entrar en las células del cuerpo, que la utilizan
como fuente de energía
¿Y
qué es resistencia a la insulina? No voy a dar una explicación científica ni médica,
si no a manera de anécdota, les contaré lo que mi nutrióloga nos explicó a mi
esposo y a mí. Alex, que adora los pasteles, postres, galletas y cosas dulces, tenía
“derecho” (esa palabra usaba Pamela) a comer de vez en cuando algún antojo
dulce y yo no, a mí me eliminó todo azúcar añadido y todo alimento elaborado
con azúcar. Le pregunté del por qué tanta crueldad conmigo, y me dijo que aunque
yo no tuviera resistencia a la insulina como tal, seguramente sí estaba
teniendo problemas con la absorción de la glucosa (azúcar). En otras palabras, la
calidad de mi insulina quizás, no era buena.
¿Cómo
así? Ella en palabras muy simples me explicó (voy a parafrasear porque no
recuerdo exactamente que dijo), imaginen que nacemos con una cantidad limitada de “shots”
de insulina, cada vez que consumimos hidratos de carbono nuestro páncreas suelta un “shot”
para convertir la glucosa en energía en nuestro organismo, lo cual es muy
bonito, normal y es justo lo que debe hacer, pero si le damos a nuestro cuerpo
carbohidratos, sacáridos, glúcidos o como quieran llamarle a cada rato y en
grandes cantidades, esos “shot” se van acabando, o igual que una pistolita de
agua, los últimos “shots” ya no son tan potentes.
En
otras palabras y súper resumido, cuando el cuerpo secreta insulina de manera
continua genera “resistencia” es decir, “aguanta” más insulina que la que necesitaba
antes para aprovecharla, de esta manera requiere más “shots” que antes, aunque
sea el mismo alimento en el que va a actuar.
¿Qué
pasa si un día hacemos un tour de postres? Le preguntó mi esposo (porque nosotros
soñábamos con ir a varios restaurantes a comer solamente postres en un solo día). Pame nos advirtió que no lo hiciéramos, porque
podríamos elevar los niveles de azúcar en la sangre de manera muy abrupta y
aunque no tenemos diabetes, podríamos caer en un coma diabetico, lo cual es
fatal.
Ahora
que estoy más metida en el tema, me doy cuenta que aunque no hagamos “tour de
postres”, muchas veces cometemos el error de comer hidratos de carbono en demasía. Además
de enfermarnos ¿qué creen? que subimos de peso porque la glucosa que las
células no usan se acumula en forma de grasa.
Okay,
yo ya lo entendí y ¿qué debo hacer ahora? Lo mejor que puedo hacer es prevenir una enfermedad ahorrando mi insulina y bajar de peso ¡ya!...
Por
fortuna, no tengo resistencia a la insulina, ni diabetes. ¿Y ustedes? En
verdad, no me voy a cansar de decirlo, vayan con su médico, que les practiquen análisis
de glucosa en sangre, insulina y el HOMA-IR. Salgan de dudas. Es mejor saber el
estado real de nuestra salud, porque a tiempo siempre hay remedio. En el
Hospital Civil dábamos platicas a los pacientes con diabetes, muchos se deprimían
o mejor dicho, todos se deprimían al saber su diagnóstico “me voy a morir” es
lo primeritito que pensaban. El enfoque psicológico para generar conciencia de
enfermedad era: “la diabetes es una enfermedad de oportunidad” porque ya no es
mortal si aprovechan la oportunidad de tener una mejor calidad de vida, “cuidarse
más”, alimentarse mejor, hacer ejercicio y darse el chance de crecer
espiritualmente, sublimar sus miedos, tener un mejor desarrollo humano.
¿Para
qué esperar a tener un diagnostico desaforunado?
Como
ya lo he dicho anteriormente, pequeños cambios, grandes metas.
Les
sugiero, que si a estas alturas no han podido ser constantes en el ejercicio,
en llevar una alimentación saludable y tienen problemas de peso o salud
(incluyendo la emocional).,realicen pequeños cambios. "Hacer dieta" no es un estilo de vida, los cambios deben ser permanentes para garantizar nuestra salud, se trata de planear nuestro futuro, les comparto lo que yo he hecho, y quizás les de una idea de por donde pueden empezar:
- Refrescos. Ya se ha dicho hasta el cansancio que el refresco hace daño, entiendo que cuando una sustancia se vuelve adictiva, cuesta mucho trabajo dejarla. Pero cuesta mucho mucho más dejar algo que aunque sea una adicción, la consideramos inocua. “Poquito veneno no mata” decía mi hermano Rubén. ¿puedes empezar a reducir tu consumo de refresco?. Haz un registro de cuanto refresco tomas al día, y de manera voluntaria, ve quitando mililitros, no es necesario que cambies a otra versión, porque eso solo prolongara la agonía. Compra tamaños pequeños. No llenes el refri de refresco. Elige de vez en cuando tomar agua. Así poco a poco iras cambiando tu hábito dañino. O si eres como yo, de un día para otro puedes dejar de tomarlo, hazlo y si caes en la tentación, solo “prueba” una mínima cantidad, no te culpes, y sigue adelante con tu propósito.
- Hidratos de carbono complejos. Se caracterizan por tener las cadenas más extensas de azúcares. Éstos son las leguminosas (el cacahuate es una de ellas, frijoles, guisantes), granos enteros (trigo, maíz), tubérculos o vegetales con almidón (papas, camote) y hortalizas (cebolla). Soy amante de las pastas, créanme que nada me sale más delicioso que la lasaña y puedo tener un orgasmo con unos ravioles de queso ricotta. El pan me gusta solo recién salido del horno y para colmo, tengo una panadería enfrente de mi casa. Ha sido un tema esto de dejar la pasta y los panes recién horneados. No tanto los pasteles, el arroz, los cereales (los de caja) y la papa, porque nunca han sido mis alimentos favoritos. Pero créanme que se puede, recuerden que ya se ha difundido mucho información sobre el gluten, yo creía que eran posturas, pero cada vez que investigo más, le encuentro más sentido dejar este grupo de alimentos de lado, solo es cosa de mentalizarse, yo cambié mi filosofía alimentaria: “si no me nutre, no lo como”.
- Jugos de frutas y las frutas, Casi muero cuando Pamela me dijo que no debía tomar jugos de fruta NUNCA, el jugo de naranja era mi bebida favorita, sufrí, Todos tenemos la idea de que la fruta es sana, y que el jugo es un elixir, pero no lo es. Y mucho menos si viene envasado. Y mucho, mucho, mucho menos si viene en polvo (por los ingredientes adicionales). El índice glucémico de un jugo es elevadísimo (el índice glucémico es una medida de la rapidez con la que un alimento puede elevar su nivel de glucosa en la sangre) además que está sobrecargado de carbohidratos en un solo alimento. En cuanto a la fruta, Fran Sabal, nutrióloga, sugiere que incluyas una porción de fruta en cada una de tus 3 alimentos, y de un solo tipo de fruta, es decir, en la mañana puedes comer una manzana, a medio día fresas y en la noche unas cuantas uvas. En la dieta cetogenica yo tengo un tope de hidratos de carbono de 20 gramos. Las frutas están limitadas a su mínima expresión, y los jugos, eliminados completamente, un jugo, del tamaño de jugeria, que son como 350 mililitros equivalen a 35 gramos de hidratos de carbono, o sea, toooodo mi consumo diario ¡y más!. Desde ningún punto de vista nutricional se considera sano beber jugo, lo siento.
- Azúcar y sus sustitutos. En verdad, se los juro, el azúcar no es alimento, no importa lo que encuentren en la Web, no importa lo que diga la OMS, no quiero herir susceptibilidades ni sonar paranoica, pero detrás de aquella información que sustenta que necesitamos “azúcar” para vivir hay muchos intereses políticos y económicos, de grandes industrias, monopolios y demás. Lo que si necesitamos son hidratos de carbono y vienen de manera natural en nuestros alimentos. Por eso, tampoco es necesario sustituirlo, quizás por cuestiones de sabor, elijamos usar miel o edulcorantes, pero créanme, si aprenden a dejar de añadir “sabores dulces” a los alimentos, comenzaran a paladear los sabores naturales que éstos tienen. Entiendo, que no todos podrán hacerlo, pero investiguen por “favors”, y tomen decisiones bien pensadas, no con la emoción del miedo (¡no puedo vivir sin el dulce!). Bueno, yo digo. Ustedes deciden.
- Suplementos alimenticios. Nuevamente les comparto lo que mi nutrióloga me enseñó, si nos alimentamos bien, no necesitamos suplementos alimenticios. Ojo, al menos que medicamente nos sea administrado, por alguna deficiencia ya diagnosticada en nuestro organismo. Yo he tomado suplementos, no lo voy a negar, algunos recetados y otros por mi cuenta, de los recetados vi resultados., de los que he consumido por mi cuenta, solo fueron un desperdicio de dinero. Les voy a contar algo, en una ocasión fui a visitar a una amiga muy querida a Puerto Vallarta y me mostró su pastillero, no sé si estoy exagerando o mi memoria me engaña, pero yo vi que tenía como 30 pastillas, tomaba omegas, calcio, vitamina E, vitamina B!2, no sé qué tanto más, pero ya ustedes saben lo que nos venden como milagroso: antioxidantes, vitamina D. picolinato de cromo, creatinina, pastillas para adelgazar, magnesio, zinc, cetonas, proteína, hongos, colágeno y un listado interminable. Nos han hecho creer que todo lo puede remediar una capsula, pero nada a menos que sean buenos hábitos contantes y sostenidos en el tiempo, como lo son: dormir bien, una buena alimentación, hacer ejercicio, mantener buenas relaciones con los otros (incluyendo las sexuales) y tener una buena actitud en la vida, nada que venga en un comprimido nos mantendrá sanos y esbeltos por sí solo.
para saber más:
https://www.youtube.com/playlist?list=PLraJpDlKNQIIzOGmm08BHnw-zZAvs7x9X
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